De la Chica o la Vanguardia

 

Nueva entrevista al Consejero de Educación Andaluz. Trabajo duro para los exégetas.

http://www.elcorreoweb.es/andalucia/114165/pondremos/tutor/maestros/necesiten/mejorar/clases

 

Vayamos por partes:

La futura la ley de igualdad de trato, que niega los conciertos a los colegios que discriminen por sexo, ¿cambia algo en Andalucía?
-Cambia en el sentido de que nos otorga una mayor fortaleza en nuestra decisión legítima de que los centros que discriminan por razón de sexo no ha lugar a que sean sostenidos con fondos públicos. En Andalucía tenemos 12, que ahora están pendiente de un fallo del TSJA. Cuando la ley entre en vigor, quedarán extintos esos centros. Aunque no tendrá efectos retroactivos sobre los que ya estén funcionando.

El Consejero se ufana del poder coactivo que le confiere el Imperio de la Ley(re). Pues vale. Algún día abordaremos el asunto de la educación diferenciada, tan discutido como discutible. Sobre todo, cuando los índices de fracaso escolar masculino siguen su ascenso imparable. Imagino que sobre este particular nada tienen que decir los prohombres y las prohembras «de género», por más que tales cifras sugieran la «fortaleza» discriminatoria del sistema educativo vigente. Muy al contrario, los responsables de co-educación (mujeres, en su mayoría) señalan la preeminencia de las féminas como un logro incontestable de la sociedad contemporánea. Nada más triste que esa sonrisa de condescendencia al desgranar los porcentajes de aprobados y cates como si cada uno de ellos fuera un orgulloso ídem en el rostro del viejo paradigma androcéntrico.

Por lo demás, a De la Chica le parece legítimo retirar las subvenciones a los centros privados que no admitan niñas (o niños). Por omisión, colegimos que le parece lógico financiar con dinero público a otros centros privados. Colegios que, claro está, pueden reservarse el derecho de admisión y aplicar criterios selectivos ausentes en la enseñanza pública. Es decir: a De la Chica le parece legítimo financiar la discriminación al mismo tiempo que la prohíbe.

Acerca de la formación continua de los maestros, esos grandes mamíferos que necesitan más actualizaciones que un tablet, dice Don Francisco:

Ya podemos identificar a los maestros de alto desempeño en un aspecto singular y concreto del proceso educativo. Profesores excelentes, auténticos expertos en enseñar la lectura en los primeros años, por ejemplo, o el cálculo, o especialistas en Historia. Hay miles. Debemos identificar a esta gente y que sean parte activa del hecho formativo durante un plazo limitado. Si tienes a un buen profesional le puedes pedir, siempre voluntariamente: usted está en condiciones de formar durante un año a otros maestros -200, 300, habría que afinar- sobre su experiencia profesional. Y una vez que concluya, devolverlo al sistema.

Llámenme loco, pero detecto en el Consejero resabios estilísticos de nuestro mayor resabio: Eduard Punset. No sabemos cómo, ni con qué fundamentos, ha llegado a adoptar esa pose de científico radial 2.0: «Ya podemos identificar…» Y no de cualquier modo, no: «… en un aspecto singular y concreto del proceso educativo.» Tanta precisión entomológica parece desvanecerse en las siguientes líneas. ¿O es que acaso la Junta contrata para la asignatura de Historia a especialistas en Ornitología?

Ustedes dirán: no conviene exagerar, es bueno aprender de otros, la trasmisión de la excelencia no es plato que pueda rechazarse… Pero me lo dirán sólo porque aún no saben en qué indicadores se basa la selección de expertos:

Tras cuatro pruebas de diagnóstico, ya empezamos a conocer las excelentes prácticas educativas, los centros que están logrando estándares muy altos de rendimiento, por encima de la media. Queremos difundir el trabajo de quienes lo hacen mejor e intentaremos ponerles en circulación dentro del sistema. La formación permanente nos la demandan los 120.000 profesores que tenemos, pero nunca, hasta ahora, hemos tenido un sistema que acredite las cualidades de cada uno de ellos.

«Tras cuatro pruebas de diagnóstico»… Esas pruebas que lo más que llegan a certificar es un nivel mínimo de comprensión lectora. Las mismas pruebas que incluían una canción de Andy y Lucas como texto para la escolar hermeneusis. Unas pruebas, insisto, que  evalúan el grado de alfabetización de nuestros alumnos. Eso es lo que va a medir la excelencia de un profesor de Secundaria, hasta elevarlo a la condición de Maestro de Maestros. Con criterios tan exigentes, no es de extrañar que haya «miles» de candidatos potenciales.

De la Chica afirma «conocer» las escuelas que alcanzan «estándares muy altos de rendimiento». Lo curioso es que, aunque el ciudadano los conociera, no le quedaría más que resignarse y envidiar la suerte de quienes  están adscritos a esa concreta jurisdicción escolar. El contribuyente paga, pero, por supuesto, no elige. En lo que se refiere a elegir, ésta es potestad de los burócratas, quienes «ponen en circulación» o «devuelven al sistema» con admirable pasión mecanicista.

Elegir a los profesores buenos es fácil, pero ¿quién decidirá qué maestros necesita un tutor para aprender a enseñar mejor?
-Cada centro escolar seleccionará a los suyos. Los colegios y maestros van a rendir cuentas ante la administración, pero sobre todo ante la comunidad educativa a la que sirven. El consejo escolar debe saber exactamente cómo se trabaja, qué esfuerzos se hacen y qué rendimientos se obtienen… El sitio de diagnóstico y acción inequívoco es el centro educativo. Y uno de los aspectos en los que va a tener un protagonismo grandísimo será en la formación que necesitan sus docentes. Ahora ya sabemos con certeza los que han logrado objetivos y los que no han conseguido mejorar.

Este hombre está lleno de certezas, pero nos es imposible saber en qué se basa. ¿Hay alguna prueba externa, más allá de la pamema diagnóstica, que garantice el valor de los aprobados? ¿Qué objetivos son esos? ¿Qué competencias reúne el Consejo Escolar para decidir quién «necesita mejorar» y quién no? Tiemblen aquellos profesores exigentes que aún conservan la funesta manía de suspender, pues de ellos es el Reino de los Cielos Tutoriales. En serio: ¿alguien se imagina a un papá (o una mamá, no se vayan a ofender) emitiendo, con rictus catedrático, un voto favorable al adiestramiento del profesor de Física? Las palomas disparando a las escopetas. ¡De qué magníficas purgas vamos a ser testigos, estimados colegas!

De la Chica habla de rendir cuentas, lo cual está muy bien. Siempre que las cuentas estén claras. Pero, ¿lo están?:

Cuando hablamos del Plan de Calidad y de rendición de cuentas, hablamos de la capacidad de definir responsabilidades y fijar adónde se puede llegar desde el punto de partida de cada uno. No es que todos los niños tengan que sacar sobresaliente.

¿Se entiende? Permítanme que trate de explicarlo. Los contenidos comunes – que contempla el BOE – no se «fijan» desde criterios individuales. Lo que se establece como plan de estudios no depende de las condiciones de partida, sino de los objetivos que es necesario alcanzar para obtener un título. Al contemplar tantos horizontes posibles como individuos existen, tales contenidos pierden su valor universal para disgregarse en una suerte de enseñanza idiosincrática. De forma velada, se nos dice que hay que evaluar a un alumno con independencia de si ha alcanzado los objetivos, lo que acaba por significar que dichos objetivos no eran tales. Como el espíritu del Plan de Calidad es incentivar económicamente un mayor número de aprobados, es fácil suponer que el rendimiento de cuentas tendrá que ver con este candor estadístico y no con la auténtica calidad de lo que aprenden nuestros alumnos.

De lo que no cabe duda es de que la retórica de nuestros amigos socialistas despide un aroma «democrático» que embriaga y sulivella:

Entiendo que entonces no seguirá siendo voluntario…
-Desde luego,algunas medidas de las que te he dicho serán obligatorias. Se esté o no se esté en el Plan de Calidad, los resultados de las pruebas de diagnóstico van a servir para prescribir decisiones. No estar en el Plan de Calidad no es no estar en los procesos de evaluación y de rendición de cuentas. Va a rendir cuentas todo el sistema educativo, de arriba abajo, y de izquierda a derecha.

Nota bene: el Plan de Calidad fue anulado en una reciente sentencia del TSJA, precisamente por «no vincular la consecución de los objetivos educativos con la percepción de incentivos». Aún así, De la Chica pretende vertebrar sus reformas vanguardistas en un Plan que, como el propio Tribunal puso de manifiesto, contradice la propia Ley de Educación Andaluza. Glorioso.

En resumen, más de lo mismo, más doblelenguaje. La Junta trata de identificar grandes maestros, pero organiza unas oposiciones paralelas para colocar a todos los interinos. Resultado: opositores libres con una nota de diez se quedan «fuera del sistema». La Junta busca la excelencia, pero fundamenta su posible hallazgo en unas pruebas de alfabetización básica. La Junta quiere difundir las «buenas prácticas educativas», cuya bondad consiste en un baremo estadístico: tanto apruebas, tanto vales. La Junta dice tener herramientas objetivas con que valorar el desempeño docente, pero deja la decisión en manos del Consejo Escolar, poblado de legos.

Les dejo que buceen en las chiquipalabras de Don Francisco. Pero no sin antes seleccionar algunas de sus más deslumbrantes gemas literarias:

– «Debemos identificar a esta gente y que sean parte activa del hecho educativo.»

– «Dan clases magistrales desde el punto de vista modélico a los niños, con su profesor presente, y así aprenden el niño y su profesor, los dos.»

– «El sitio de diagnóstico y acción inequívoco es el centro educativo.»

– «La tradición es que cuando tú implementas un recurso como ése lo extiendes como una mancha de aceite por el conjunto del territorio con carácter igualitario.»

– «Llegará un momento en que las políticas puestas en marcha por el Plan de Calidad no sean coyunturales y tendrán carácter general, pero primero hay que pasar por los procesos de experimentación cómplice.»

Y la mejor:

– «No somos dogmáticos y todo lo que sea susceptible de mejorar, lo cambiaremos.»

Y yo me pregunto: A usted, Excelentísmo, ¿qué tutor le buscamos?

Mentiras de patas cortas, mentiras chic.

 

En el número 3.789 de la revista Escuela, el Consejero andaluz de Educación, Francisco Álvarez de la Chica dice, a propósito de la entrada en vigor del nuevo ROC, lo siguiente:

Por hacer una comparación: es como cuando hicimos la Constitución y todavía teníamos leyes del franquismo.

Como ven, Monsieur Anacoluto no ha escogido una comparación cualquiera. El nuevo ROC se equipara con el texto constitucional; la normativa anterior equivale a la noche oscura del nacionalcatolicismo. Es el argumento predilecto de muchos sinvergüenzas: si se es crítico con las reformas, lo tildan a uno de reaccionario o, directamente, de fascista.

Qué curioso: el documento que refunda la democracia española se pone en pie de igualdad con un legajo que elimina la democracia de los centros escolares, promoviendo una figura, el neodirector ROCoso, con poderes casi plenipotenciarios.

Qué extraño: la norma fundamental que garantiza la libertad de cátedra se relaciona con unas ordenanzas concebidas para procurar su muerte por asfixia.

Qué bizarrísimo: la ley que reconoce el derecho a la igualdad de todos los españoles se confunde con un miserable código que favorece la segregación clasista.

Es el viejo truco de la izquierda más dogmática y zarrapastrosa del continente europeo: quien no comulga con nuestras ideas es un nostálgico del Régimen. De tan manido, aburre.

 

Dice De la Chica que el ROC…

… ha sido muy participado y discutido por la comunidad educativa.

Esto es completamente falso, como cualquier profesor sabe. Cuando aún andábamos por el Borrador Primigenio, los claustros fueron invitados a enviar propuestas y correcciones. De lo que emanó de dichos cónclaves nunca más se supo. Los ciudadanos deben saber que aquí no se participa ni se discute: simplemente, se acata.

Después de esto, poco más queda por decir acerca de esta entrevista con repelente tufillo institucional. Sobre «medidas inmediatas«, nuestro prócer responde con una prosa burocrática de altos vuelos:

Hace falta, sobre todo, un gran acuerdo social de largo recorrido político que nos permita trazar una hoja de ruta con un horizonte casi como el que dibuja el ser humano.

Traducción: Tenéis, queridos súbditos, que mostraros conformes y genuflexos para que mi Partido siga en la poltrona muchas más legisladuras. Quizá no veáis resultados a corto plazo, y, tal vez, ni siquiera a medio. Pero no importa, pues como dijo Keynes: «a largo plazo, todos muertos».

Don Francisco, qué largo me lo fiáis.

El lenguaje es, siempre, revelador: «largo recorrido», «hoja de ruta» (¿cuánto falta, papi?), «horizonte» (esa escurridiza meta que jamás se alcanza).

Por cierto, la pregunta del periodista era: «¿Hay alguna medida inmediata?»

 

Sobre las sustituciones de profesores, más inmedioteces:

Andalucía ya había dedicado un profesor al menos en cada centro para que la primera baja fuera cubierta de forma inmediata

En nueve años de ejercicio, jamás viera yo tal cosa. Pero sí recuerdo a un curso de Bachillerato que se pasó más de un mes y medio esperando, con menos suerte que Godot, a un sustituto de Biología. Y un 3º de ESO sin profesor de Sociales. Y un 4º de ESO huérfano de instrucción musical. Y…

Ahora, dice el Consejero,

… la toma de decisión (de las sustituciones) se hará en el propio centro.

Completo la información: los centros sólo podrán solicitar sustitutos para un reducido número de bajas. A partir de ahí, tendrá que ser el Director quien decida con qué personal se cubren las posteriores ausencias. Como en las Escuelas todos tienen el horario completo, el elegido tendrá que hacer dos cosas que, como todo el mundo sabe, son mano de santo para la productividad y el buen hacer pedagógico:

1. Impartir asignaturas para las que no está cualificado.

2. Hacer horas extra no remuneradas.

Un chollazo.

 

De la Chica sigue haciendo la glosa de los grandes logros educativos andalusíes:

Uno de cada tres alumnos que se ha incorporado al sistema educativo en el país es andaluz.

Añado: y olé. Este tipo es un genio.

No tenemos sexo y cintas de video, pero sí mentiras. Mentirás a tutiplén:

Uno de los elementos disuasorios para que las familias opten por la enseñanza pública es la extraordinaria movilidad del profesorado y los cambios tan importantes que se pueden producir en algunos centros.

Cuando usted quiera salimos en busca de esas familias y les preguntamos por qué han desechado «la pública». No tiene nada que ver con la «movilidad», caballero, sino con el estado deplorable en que se encuentra el sistema educativo andaluz, precisamente inmóvil y fosilizado en los dogmas de los que su Partido es principal valedor. Como éste:

Es imprescindible centranos en la capacidad, en el cómo se enseña, y no sólo en el qué se enseña.

Traducción: los contenidos son prescindibles. Es la metodología (pero no una cualquiera, sino la que yo os diga) lo que verdaderamente importa.

Eso requiere una profunda reforma de la formación inicial del profesorado.

Es decir: nosotros, los desertores de la tiza, los «inexpertos», os vamos a enseñar «cómo se enseña».

Es posible que durante demasiado tiempo hayamos estado preparando profesores para un sistema educativo que ya no existe.

Tiene toda la razón: cuando hice las oposiciones estudié un temario exigente que abarcaba todos los ámbitos de mi disciplina. Supuse, pues, que los alumnos que me encontraría en el futuro (de 12 a 18 años) ya sabrían leer y escribir para abordar con ellos la maravillosa experiencia que supone «descubrir» la Música. Sin embargo, cada año que pasa me encuentro con clases enteras que no saben distinguir un sustantivo de un número quebrado. ¡Claro que no existe ese sistema educativo: ustedes lo han laminado, Milord!

Necesitamos tanto en Primaria como en Secundaria una profunda reforma, quizá aún más profunda en la ESO.

Querrá decir «otra profunda reforma». Vamos a ver si se entera, Mr. Doolittle: hay un problema de base en la Primaria, como lo atestigua el bajísimo nivel con que ingresan los alumnos en el Instituto. El informe PIRLS, que evalúa los resultados en esa etapa, nos deja con las témporas al aire. De modo que no entiendo por qué la «deforma» debe ser más profunda en la ESO, cuando muchos de los problemas ya no tienen solución. Si va a tocar la ESO, establezca itinerarios profesionales a los 14, para que no se dé el frecuente caso de alumnos que se pasan cuatro años en Primer Ciclo hurgándose las santas narices y perdiendo el tiempo de forma miserable.

El Rey Sol – de Sol(ecismo) – vuelve a la carga con el Plan de Calidad:

El plan de calidad no tiene nada que ver con pagar más por aprobar más. Nosotros vamos a seguir apostando por él.

Quienes no apostaron tanto fueron los jueces del TSJA, cuando tumbaron el estúpido Plan por considerar que no se ajustaba a lo establecido en la propia Ley de Educación Andaluza. Son ustedes tan eficientes que legislan contra sí mismos. Cracks.

La última perla:

(Los profesores) enseñan a una generación digital que sabe más que ellos, y eso produce una gran confusión que hay que gestionar correctamente.

Coño, Consejero, si tanto saben, ¿para qué demonios nos necesita en las aulas? Dénos un buen finiquito y le dejamos el camino libre para que usted contrate al Súper Profe 3.o definitivo. Así no tendrá que mentir tanto como miente. Puede incluso que aprenda a decir algo cuando habla, quién sabe.

No sé, estaba pensando en alguien especial, alguien como….

Súper Mario Bros.

El Género Chico



«Uno de cada cuatro escolares españoles es andaluz», dice De la Chica, el esforzado IA (acrónimo, no de Inteligencia Artificial, sino de Infraconsejero Anacoluto).

Al leer tal cosa, lo primero que se me viene a la cabeza es uno de esos gazapos antológicos que circulan por la red, una de esas respuestas de examen que iluminan el tedio claustral como espléndidas e involuntarias greguerías:

«En Holanda, de cada cuatro habitantes uno es vaca.»

Leyendo la entrevista, se hace difícil discernir quién es más incompetente, si el entrevistador o el entrevistado:

«[El Consejero] asegura que lleva cerca de un año en la tarea de averiguar por qué los países con mejores sistemas educativos son los mejores.»

Pues, a lo mejor, porque, como decía Vujadin Boskov, «fútbol es fútbol». Quién sabe.

El caso es que, según el periodista, a De la Chica lo acompaña esa duda hamletiana como a otros la incertidumbre de cuándo el equinoccio vernal pasará de la Constelación de Piscis a la de Acuario.

A partir de aquí, como pueden suponer, la cosa  no mejora. De la Chica, como maestro que es, se lamenta de que la imagen de tan noble gremio haya sido «injustamente tratada». ¿Ah, sí? Pues qué decir del «profesor»: estigma que señala a los seres peor formados de nuestra especie, tal y como sugiere la insistencia de nuestras administraciones en darnos el barniz psicopedagógico del que carecemos.

A continuación, el Infra nos da la clave del Gran Salto Adelante Logsiano. Logse becomes Lao-Tsé:

Abordamos una tarea que otros países habían hecho en 40 ó 50 años, que era acabar con un sistema de educación excluyente, del que iba saliendo quien no tenía capacidad económica, quien no tenía suficiente capacidad intelectual y quien tenía mediana capacidad intelectual, lo mejor que le podía pasar es que los echaran a la FP. Eso nos genera una clase de características y peculiaridades, y es que todavía no hemos asumido la extinción del sistema excluyente sobre el sistema incluyente. No hemos asumido como sociedad, por ejemplo, que en el sistema excluyente quien llegaba a tener un éxito mediano o alto, quien concluía el bachillerato o acababa una titulación universitaria, tenía casi asegurado el éxito en la vida. Hoy, tras acabar con el máximo nivel de conocimiento, que puede ser una carrera universitaria, no se garantiza el éxito en la vida, y mucha gente piensa que el sistema educativo ha dejado de ser eficiente.

Este párrafo es tan disparatado que no puede explicarse. De hecho, me resisto a creer que la oración que va desde «Eso nos genera…» hasta «…sistema incluyente» esté escrita en español de España. Llama la atención que el Metaministro Gabilondo demande más Formación Profesional, mientras el homúnculo de la taifa andalusí se refiere a aquélla como una especie de muladar donde «echar» la materia sobrante. Esto debe de ser lo que llaman «coherencia de Partido». De modo que el éxito de la LOGSE consiste en que efeperos y universitarios compartan un mismo e igualitario destino: el paro.

Pero, ojo, hay datos inapelables que respaldan las tesis del Anacoluto:

«[…] hay dos estudios hechos por dos universidades muy prestigiosas de Barcelona que muestran que los resultados de los alumnos Logse son iguales o mejores que los que había antes. «

De Barcelona, ¿eh? Oye, qué nivel el Francesc. Pues nada, señor De la Chica: dénos nombre, referencia o hipervínculo, que ansiosos estamos de contrastar esos datos con los índices que proporciona el MEC.

Más:

«Yo creo que uno de los elementos que se ha producido en los últimos años es que se ha ido devaluando la profesión del docente, otras profesiones han tenido unos altísimos niveles de exigencia para acceder a ellas, especialmente las vinculadas con el sector sanitario.»

Vaya, vaya… ¿Niveles de exigencia, dice? Los mismos que, en Andalucía, han consentido que se obtenga plaza con notas inferiores a un cuatro. (Digressio para interinos susceptibles: el haber trabajado durante años en la función pública no debería otorgar el derecho automático a disfrutar de unas oposiciones ad hoc, del mismo modo que los opositores libres que aprueban con un diez merecerían algo más que una somera patada en el culo…). Si hubiera «niveles de exigencia» en cualquier campo de nuestra exquisita casta política, dudo mucho que usted tuviera una sola posibilidad de engrosar la ya abundante nómina de apparatchik.

Lo siguiente, por repetido, me produce flatulencias competenciales. Con perdón:

Los profesores españoles están muy bien preparados en sus competencias, pero muchos declaran, que les gustaría haber tenido más formación en la resolución de conflictos, en cómo atender las diferencias entre alumnos o en cómo hacer un proyecto educativo lo más personalizado posible.

La transcripción hace honor a tan ilustre aforista. Pero, obviando las comas inoportunas, me gustaría hacerle una pregunta al señor Consejero: «¿Qué profesores son esos que usted dice?». Querría conocerlos, porque los que me son más próximos apetecen tanto un curso de «resolución de conflictos» como aprenderse de memoria el BOJA. No se puede ser más cínico en menos líneas.

Hemos hecho lo más importante y ahora nos queda que hacer lo más difícil. Lo más difícil es que sin negar, si no afirmar que necesitamos más maestros, más colegios y más recursos económicos para el sistema, debemos afrontar el gran reto histórico de la calidad, y la calidad no se soluciona sólo con la cantidad. No sólo.

«Nos queda que hacer»…

Alguien dijo: «No discutas nunca con un idiota: la gente podría no notar la diferencia.» Por eso me reservo la opinión que me merece este último párrafo. «La calidad no se soluciona sólo con la cantidad», dice. Pues claro: pero es que tal cosa jamás fue una verdad a priori, Don Francisco. Usted, sin embargo, es un ejemplo de concisión: apenas necesita dos frases para que Cervantes se remueva en su tumba.

Lo que sigue es una torticera versión de las bondades tecnológicas, una patética interpretación de las estadísticas del fracaso escolar en Andalucía (casi el 40%) y una profecía «chica»:

«En los próximos años España y Andalucía van a dar un cambio espectacular.»

Algo parecido es lo que venden los de Corporación Dermoestética.

Retórica chica (II)

Empezamos el curso con un extraordinario documento que circula por la Red:

Quienes leyeron «Retórica chica» pudieron admirar la elocuencia de nuestro consejero (h)educativo, la intrincada pero elegante complejidad de sus razonamientos y su culterano manejo de la sintaxis. Algunos pusieron en duda que tal dominio de la Lengua Española fuera mérito exclusivo suyo. Llevados por un comprensible escepticismo, apuntaron que una transcripción poco fiel de sus palabras había contribuido a producir tales cimas literarias y filosóficas.

Pues bien: SÉNECA, nuestro modesto HAL 9000 de cabecera, pone las cosas en su sitio.

Compruébenlo, hombres y mujeres de poca fe:

Retórica chica

«No hay cambio de rumbo» (Francisco Álvarez de la Chica, Consejero de Educación andaluz).

Exacto. El nuevo timonel de la cosa educativa no piensa variar un ápice las coordenadas que nos aseguran un bonancible tránsito por la barbarie. Bonancible, claro está, sólo en lo que toca al boato propagandístico y su retórica de sacarina. Por lo demás, los nuevos instrumentos de navegación prometen que tocaremos fondo mucho antes del horario previsto.

Aquí, la retórica:

1. «Ha llegado el momento de establecer un horizonte»

Ese horizonte es 2012, y se materializa en las presiones europeas para que las cifras de fracaso escolar pasen del 38% al 14%. Es decir: tenemos dos años para que Andalucía se convierta en Finlandia. No sé si también a costa de sustituir el salmorejo por el Kalakukko.

2.  «El sistema educativo produce infinitamente más éxito que fracaso».

Bueno, hombre…, infinitamente, lo que se dice infinitamente, no. A mí me sale que de cada diez alumnos, cuatro no obtienen el título de la ESO. Sería más riguroso afirmar: «El sistema educativo produce un 20% más de éxito que de fracaso».

3.  «No hemos hecho un esfuerzo para hacer visible la tarea ingente que se hace cada día por tanta gente».

Desdeñen el ripio. Resulta que todo el problema se reduce a una cierta pereza por difundir los enormes logros de la Consejería. Lo que hace suponer que la propaganda acentuará, a partir de ahora, sus tintes goebbelsianos, de modo que a quienes no valoramos los desvelos paternales de nuestros políticos nos quede muy claro que todo esto lo hacen por nuestro bien.

4. «El abandono es un fracaso colectivo».

Claro. Si el alumno X suspende nueve asignaturas con un 1 y se le cursan veinte partes disciplinarios por trimestre, la culpa se reparte en partes alícuotas entre todos los sectores sociales, incluyendo el servicio de recogida de basuras y la plantilla del Betis.

5.  «La autoridad magistral no la otorga un uniforme».

Mañana mismo voy a presentar una queja en mi centro, pues está a punto de acabar el curso y aún no se me ha hecho entrega de la guerrera azul y los guantes blancos que sin duda me corresponden. En todo caso, cabe pensar que, por lo mismo, la autoridad política no la da una cartera consejeril. Así que no tendrá reparo el Consejero en refrendarla, si me persono con mis aguerridos muchachos de la ESO en su luminoso despacho de la Cartuja.

6.  «Todos los alumnos y todos los profesores deben ser tratados por igual».

Ajá.

7. «La versión del profesor debe ser la que la Administración tome por cierta».

Ajá.

Un consejo: desconfíen de quienes gustan de incumplir el Principio de no contradicción.

8. «El ordenador es el lápiz del siglo pasado».

Metáfora que acaba en jaculatoria:

9. «¡Quién nos iba a decir que íbamos a ver a chavales de diez y once años caminar al colegio con un ordenador bajo el brazo!»

Están ustedes ante una de esas fervorosas manifestaciones de cateTICsmo patrio. Basta esa imagen del niño digital, un «hacer visible» la «tarea ingente» de regalar ordenadores a diestro y siniestro. Quién nos lo iba a decir. Que, en plena era digital, en plena revolución TIC, las Universidades españolas instaurarían «cursos cero» (1.250.000 resultados en Google) para enseñar los rudimentos básicos de sus disciplinas.

10. «El primer espacio en el que el termómetro de los cambios y avances sociales debe llegar es al sistema educativo».

No sin que antes llegue a la sintaxis del señor Consejero, por lo demás.

y 11: «La educación es algo que está siempre por hacer. El cambio es permanente».

¿Recuerdan la frase que encabezaba este artículo? Sí, queridos amigos: «No hay cambio de rumbo».

Aquí, los hechos:

«Las debilidades de nuestro sistema educativo tienen su origen en el punto de partida de Andalucía en los últimos 30 años».

Obviando las dificultades del Consejero para expresarse en español, nos llena de melancolía volver a leer esta impresentable y ya célebre falacia del retraso histórico andaluz. Por un lado, los políticos se jactan de que el progreso económico de Andalucía está a la vista de todos. No seré yo quien niegue la mayor. Como ha ocurrido en toda España y en todo el mundo desarrollado, los niveles de vida han experimentado una subida apreciable. Lo que no parece advertir De la Chica es que una mejora en los datos socioeconómicos debería acompañarse, siguiendo su lógica de la pobreza ignara, de una mejora similar en los índices educativos. Lástima que los datos sobre el particular contradigan este principio:

Fuente: Instituto Forma.

Ergo, el nivel de vida y la formación de los padres no ha hecho más que subir. ¿Que ocurre, entretanto, con los indicadores de Educación desde la implantación de la LOGSE? Esto:

Fuente: Magisnet.

Creo que queda bastante claro, ¿eh, Consejero? Así que no nos cante la vieja balada de la Andalucía pobre y sometida.

Por favor.

Siga con salud.

Nota: Para leer, íntegra, la entrevista al consejero, siga el enlace: Diario de Sevilla