Another Blue Christmas

¿Qué ocurre siempre por estas fechas? Bien, hagamos memoria: (algunos) volvemos a casa por Navidad, la gente compra lotería, el Rey (o su holograma) nos manda un mensaje atónito, los compañeros de trabajo se emborrachan juntos, nieva, las calles se iluminan, el Corte Inglés se ilumina, los rostros de los niños… se iluminan. Entre otras cosas.

Pero, cada año por estas fechas, también ocurre que en algunos colegios e institutos se prohíbe la instalación de belenes navideños. Dicen que la Ley lo dice. Y ya está. En algunos casos, la falta de coherencia llega a tal extremo que se tolera el abeto artificial, con sus cristianas bolitas colgando. Los iconoclastas aducen que no se puede ofender a nadie con la ostentación de símbolos religiosos, como si en lugar del Misterio tuviera lugar en el Portal un cruentísimo rodaje de «snuff movie». Qué cosas.

No tengo ganas de discutir este particular con nadie. Me da una pereza de tipo cósmico. Por otro lado, la proliferante casta de los «ofendidos» suele ser gente impermeable a la persuasión. Hasta comprendo el sufrimiento espiritual que deben padecer, expuestos como se hallan a la contemplación de estampa tan siniestra y amenazadora. Ya no digamos si a alguno se le ocurre aderezar los alrededores de la cueva con simpáticos «caganers»…

Bueno, ¿qué importa? Nuestros colegios e institutos suelen ser espacios bellos y acogedores, ofrendas de hormigón a la diosa Belleza. Bien está que no se ensucie su grandeza arquitectónica con la imagen de tres peligrosos desharrapados.

(Nota: el autor de este blog les advierte de que ciertas escenas del primer video contienen material explícito que puede herir su sensibilidad. Manténgase fuera del alcance de los niños).

7 respuestas a «Another Blue Christmas»

  1. En mi centro la directiva es muy progre pero a la vez muy consciente de las posibilidades «complementarias y extraescolares» de lo navideño, de modo que además de un Nacimiento bastante rotundo situado en el vestíbulo tenemos villancicos, concurso de tarjetas navideñas, las cajas de polvorones del viaje de cuarto apiladas en las aulas… todo ello a costa de la posibilidad de dar clases, digamos, «normales».

    Ahí os dejo el enlace de una perlita navideña de Heinrich Böll.

    http://www.esnips.com/doc/30b7f2bd-481a-450d-8b58-ad0b2944d967/NO-SÓLO-EN-NAVIDAD.doc/?widget=documentIcon&forceView=true

  2. En estas fechas una servidora normalmente se agobia con el agobio de los demás, y se siente tan poco coherente como la incoherencia misma.
    Pero este año, no. Este año, hemisferio sur, calor y playa. Que le den a la Navidad. Que le den al menos, a la madrileña Navidad del puñetero centro de Madrid, sus puñeteras calles peatonales llenas de peatones y sus puñeteras gentes gritándose «quítese de ahí, gilipollas» embotellados en las calles. (Ni en la semana Santa se monta aquí tanto cirio.)

    En cuanto a las prohibiciones y demás, en el instituto los de religión se van a ver belenes toda la mañana de mañana, viernes. El año que viene intentaré que vayan todos para analizar técnica, funcional y socioeconómicamente las norias de los riachuelos llevando agua delante del hombre cagando, o los muñequitos del Cortilandia moviendo las mandíbulas y haciendo girar los brazos con sus poleítas y sus engranajes.

    Lo dicho. I just hate Christmas. Igual cuando sea más vieja…

  3. Panfilox: es que, me temo, no hay tal ley.

    Tannhaüser: Otra vuelta de tuerca, sí señor.

    Fray: Igualmente. La pierna, mucho mejor. Hoy me he quitado de la muleta y el 7 de enero estaré en mi instituto como un solo hombre. Muchas gracias.

    Leicca: El show que se monta cada Navidad puede ser excesivo, es cierto. Pero, ¿hay alguna fiesta que en España no convirtamos en excesiva? En cualquier caso, de lo que aquí se trata no es de hacer una encendida loa de los belenes, sino de insistir en la denuncia de otro tipo de excesos. Los que, disfrazados de democracia, coartan las libertades individuales.

    Feliz Navidad a todos.

  4. Feliz Navidad !!

    Es una pena que la «persecución» hacia ciertas formas de religiosidad haya llegado a semejantes límites, con ejemplos como los que nos comentas y otros tan desafortunados como las «vacaciones de invierno» propuestas por algunos «iluminados» o las luces de «navidad» de diseño de cierta ciudad madrileña. Quieren unas navidades laicas (¿?)… debe ser que vivimos en el país de las contradicciones y las incoherencias…

    Por cierto, el belén es precioso… y qué decir de los villancicos…

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