Nunca hemos tenido mejor escuela que la actual. Lo que ocurre es que no es suficientemente buena.
Así de marmóreo sentencia José Antonio Marina en su tribuna de El Mundo, a propósito del anteproyecto de ley que ha presentado el Partido Popular. La LOGSE y la LOE, pese a las evidencias estadísticas y la percepción de quienes llevan muchos años en el gremio, es lo mejor que nos ha pasado. Necesita mejorar, sí, pero progresa adecuadamente.
¿Qué tan bueno tienen estas leyes? Don José Antonio no lo aclara, aunque sí se permite motejar de calumniosos e ignorantes a quienes no somos de la misma opinión. “Cánticos nostálgicos” es como llama el filósofo a la salmodia de quienes no coinciden con su razonado diagnóstico. También dice que los debates sobre educación se hacen “sin datos, con pocos datos, o interpretando sesgadamente los datos”, lo que nos conduce a pensar que él lo hace con objetividad forense y plétora de referencias. Lástima que en el artículo no se mencione ninguna.
Pese a que el texto es una llamada al consenso y la mesura, Marina no se aplica el cuento. Para él, la LOGSE y la LOE mejoran lo anterior por el mero hecho de que los índices de escolaridad son más elevados, lo cual que estaría bien si no fuera porque ese mérito cabe achacárselo a la LGE de 1970. Ley que, sin duda, era mucho mejor que las que, por desgracia, la sucedieron:
Evolución de la Tasa Neta de Escolarización a los 15 años (1999-2009) |
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1999 |
2000 |
2001 |
2002 |
2003 |
2004 |
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Tasa Neta de Escolarización |
93,9 |
97,4 |
97,5 |
97,6 |
97,5 |
98,9 |
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2005 |
2006 |
2007 |
2008 |
2009 |
2010 |
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Tasa Neta de Escolarización |
98,4 |
97,5 |
98,0 |
100,2 |
99,7 |
— |
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Fuente: INE. Estimaciones de la población actual y estimaciones intercensales; y Ministerio de Educación. Las cifras de la Educación en España. Estadísticas e Indicadores. Varios años. Los datos corresponden a las enseñanzas de régimen general. |
Fuente: IFIE.
Así que Don José Antonio tendrá que buscar mejores argumentos para calificar el sistema educativo actual de modo tan generoso. Porque si la cuestión cuantitativa no fue mérito de las leyes socialistas, en lo cualitativo supusieron un freno a una mejora ininterrumpida durante cincuenta años:
Fuente: IFIE
Como ven, el progreso se detiene – e, incluso, se convierte en retroceso – precisamente en la franja de edad de aquellos que cursaron sus estudios al amparo, es un decir, de la LOGSE. En el blog del IFIE podrá el lector encontrar gráficas y estadísticas que desmienten la tesis mariana de que éste sea el mejor sistema conocido. Ni lo es en titulados ni lo es en nivel de conocimientos. Y la universalidad, ay, ya estaba conseguida un ratito antes de que los Marchesi Boys pusieran sus zarpas comprensivas en la escuela.
En su artículo, el señor Marina adelanta que después del verano – largo nos lo fiáis – suministrará las claves de lo que debería ser una reforma educativa sensata. Como piedra basal, el filósofo propone un pacto que involucre a la sociedad entera: “un pacto ilustrado, sabio, informado, argumentado”. Pues esa primera piedra ya está puesta. Cualquier cosa que se nos ocurra –informada, argumentada, docta y sabia – podemos enviarla a esta dirección ministerial: calidadeducacion@mecd.es.
¿Qué? ¿Empezamos ya, o después de acabarnos el mojito?
Tu análisis del artículo marináceo está muy bien. Como siempre. Pero se te ha pasado un detalle. ¡Don José Antonio Marina se ha vuelto arrobesco, y habla de un «cuerpo de director@s altamente cualificado»!
Creo que no es justo achacarle sólo al sistema educativo ciertas debacles que comentas (en los gráficos). habría que hacer un análisis más detallado de esos resultados (influencia de la inmigración, que en los ochenta ni existía, la cultura inmobiliaria, la propia burbuja de dinero rápido para cualquiera que se metiese en una obra en ciertos años, etc). Sin quitarle ni una pizca al desastre de educación que tenemos.
Pues se trata precisamente de esto, de hacer precisiones. Por cierto, en ningún momento he mencionado la LOGSE y la LOE -y tampoco la LOCE- porque lo que intento explicar es que las leyes no son todopoderosas. Hay muchas más cosas que influyen en la educación. Por eso se da tanta diferencia entre la calidad educativa de las Comunidades Autónomas. Los factores que menciona Fran son innegables. Y hay algunos más. Pues de eso se trata, de mencionarlos, medirlos, compararlos, y de no dejarse llevar de corazonadas, de experiencias personales, o de prejuicios ideológicos. Así que, bienvenido el debate.
Bienvenido, Sr. Marina:
Coincido en que un único factor no explica, por sí mismo, todos los errores que se manifiestan en un sistema complejo. Sí creo que una legislación fundada en la mediocridad sólo puede tener como consecuencia una escuela mediocre. Si por calidad se entiende alcanzar unas competencias básicas, es posible que algunos territorios lo consigan. Pero la verdadera excelencia – es decir: el conjunto de alumnos y profesores con alto desempeño, como se dice ahora – es cosa tan rara como un ornitorrinco rosa. En las comunidades bendecidas por PISA y en las que, como la andaluza, apenas huelen el promedio europeo. Por no hablar de los porcentajes de analfabetismo funcional que dimanan de una Primaria exenta de controles.
Que no haya mencionado la LOGSE y la LOE lo considero irrelevante, pues todos sabemos que la escuela actual se ha construido sobre sus presupuestos. La LOCE ni siquiera tuvo tiempo de dar el primer vagido.
También se desprende del texto algo que si no es una contradicción se le parece mucho. Dado que los factores externos son tan importantes, y teniendo en cuenta que tales factores son tan deleznables como usted y mi compañero Fran apuntan, ¿cómo es posible que en semejante contexto hayamos dado con la mejor escuela conocida hasta la fecha?
En fin, seguramente nuestros acordes son más que los desacuerdos, pero, ¿qué quiere que le diga?, a mí sí ha conseguido, si no escandalizarme, sí sorprenderme. Nuestra escuela es, no sólo mala, sino malérrima. Ya me gustaría que fuera de otro modo, se lo aseguro.
Uno de sus principales errores, a mi juicio, es que se concibió como una especie de Sociedad de Bienestar del Conocimiento, en la que abundaron los derechos por encima de los deberes. Incluso el derecho a ser listo. Eso, dentro del aula, claro, porque el exoesqueleto legislante es, como usted señala, tan inflexible como una vara de titanio. Así que, al final, ni Conocimiento ni Bienestar.
Y, claro, no otra cosa podía suceder sino que estallara semejante «burbuja comprehensiva».
Dado que esto es un simple comentario, no me extiendo más excepto para agradecerle su visita.
Un saludo.
«Nunca hemos tenido mejor escuela que la actual.»
Esta frase me dice que el Sr. Marina vive en una realidad diferente (y mucho más acogedora) que la mía.
Este pensador, de reconocido nivel intelectual, no vive en la misma realidad que los profesores que tenemos que sobrellevar la logse y su progenie.
Cuando te encuentras alumnos analfabetos funcionales que han «progresado adecuadamente» hasta el bachillerato, y más allá, y lees una frase como la que escribe el Sr. Marina, te das cuenta de que «esto no tiene remedio».
«El personal» está encantado de haberse conocido, y se niega a ver el desastre que, para varias generaciones, ha supuesto laLOGSE: arrasar con la escuela pública. Sin paliativos.
La única forma de poder seguir teniendo un mínimo respeto intelectual a pensadores como el Sr. Marina es (no queda otra) considerar que «no se enteran», que están «engañados» viviendo en una realidad que no es «la realidad» de los que tenemos que trabajar en esta estructura, que se montó para desmantelar concienzuda y sistemáticamente la Enseñanza Pública (con mayúsculas).
Tal vez en los ámbitos en los que se mueve el Sr. Marina sí sea cierto que «Nunca hemos tenido mejor escuela que la actual.»
Pero no en los míos, ni en los de la inmensa mayoría de colegas que trabajamos en esto.
Ya me gustaría moverme en la misma realidad que el Sr. Marina.
(influencia de la inmigración, que en los ochenta ni existía, la cultura inmobiliaria, la propia burbuja de dinero rápido para cualquiera que se metiese en una obra en ciertos años, etc)
Puedo asegurarle, Fran, que desprovistas de «influencia de la inmigración», la LOGSELOE tampoco funciona. Se lo aseguro por experiencia directa. Le doy la razón en la influencia del dinero rápido.
Aún así, todo podría haber sido mejor si el revulsivo-logse se hubiese ceñido a intereses puramente educativos. Nada más lejos de la realidad. En las aguas revueltas por la ley, el político vio la ocasión de desacreditar a los profesores para menoscabar su posibilidad de ejercer de foco de opinión; el político se encargó de acoger, por elevación, a los de su cordada para entregarles la plusvalía que la ley iba generando en la estructura del sistema educativo; el político vio, primero, la oportunidad de ejercer populismo aprovechando la plasticidad de un sistema en «crecimiento», y después, la oportunidad de incluso introducir doctrina.
El político siempre supo que a los 18 años los chavales votan. La Logse ha servido a intereses espúreos mucho más que educativos.
Sea mala, buena, o regular, ha sido ingenua o perversa.
Senda de trepas y desertores de la tiza, en eso ha quedado la Logse.