Pedro y Toni Soria, eventuales comentaristas de este blog me advierten de que el programa de UPyD comentado en una entrada previa no se corresponde con el de este año, sino con el de 2008. Les agradezco la advertencia y entono el mea culpa.
Dicho esto, paso a resumir el programa de 2011, por si hubiera diferencias significativas con el de tres años atrás.
Para empezar, echamos de menos el diagnóstico recogido en el antiguo programa. Quizá se deba a un cambio en el estilo literario, que ahora desdeña la explicación morosa en beneficio de un listado numérico de propuestas.
COINCIDENCIAS
Se sigue exigiendo el «reconocimiento por ley del derecho a la escolarización en la lengua oficial de elección» y la recuperación por parte del Estado de las competencias educativas (p.169). Igual que en el programa anterior, se solicita un Pacto de Estado, bajo la premisa de que los profesores son «los verdaderos expertos en materia educativa.» (p.168). La atribución de autoridad pública al profesorado se sigue reclamando en el punto 182. También el desarrollo de una Ley de Financiación (p. 171) y la competencia leal entre pública y concertada con eliminación de centros-gueto (p.180),
En el nuevo programa, el Bachillerato prometido ya no es «considerablemente más largo», sino sólo «más largo», sin mayor concreción (175).
DESAPARICIONES
Desaparece el punto 7 del anterior programa, referido al laicismo, cosa llamativa en un partido como el que nos ocupa:
7 – Creemos que la educación laica garantiza el respeto a todas las creencias compatibles con la democracia y la tolerancia. En esta línea, apoyamos la asignatura de la Educación para la Ciudadanía (cuyos contenidos deberán ser consensuados dentro del Pacto de Estado por la Educación) y reivindicamos una escuela en cuyo seno no se imparta ninguna religión ni existan signos religiosos. Esta reivindicación es hoy en día, frente al auge de fundamentalismos religiosos, más urgente que nunca. Es ilógico educar en la igualdad entre sexos, y pagar a un profesor para que explique a los hijos de los musulmanes que la mujer es inferior. Es absurdo educar en la solidaridad y en lo bueno que es hacerse donante de órganos, y pagar a un profesor para que explique a los hijos de los testigos de Jehová que las donaciones de órganos son inmorales. Es disparatado educar en el respeto a la diferencia, y pagar a un profesor para que explique a los hijos de los católicos que la homosexualidad es una tara. En cualquier caso, la educación religiosa que pueda impartirse en centros públicos, de acuerdo con lo que pueda prever el Pacto de Estado por la Educación, se desarrollará fuera del horario escolar y no sería evaluable.
La nueva redacción habría que buscarla en el punto 177:
177 – Reconocimiento del alumno como el sujeto del derecho a la educación, cuya formación integral como ciudadano autónomo debe ser objetivo último del sistema educativo. Currículum que inculque las virtudes democráticas, sea respetuoso con todos los sistemas de creencias compatibles con la democracia y excluya el adoctrinamiento ideológico, identitario o religioso.
Se cae también el punto 8 sobre supervisión de textos escolares con el fin de que se ajusten a los principios de la Constitución y al plan de estudios.
También se elimina cualquier referencia al punto 10:
10 – Eliminación de la promoción automática –paso de curso sin aprobar un número debido de asignaturas- y revalorización normativa del esfuerzo, la disciplina y el respeto mutuo, en tanto que indispensables para la eficacia del sistema educativo y el aprendizaje práctico de valores cívicos. Pasar a un alumno de curso con más de dos asignaturas suspensas es, sencillamente, engañarlo, además de un menosprecio del saber y la disciplina.
La recuperación del cuerpo de Catedráticos se borra, así como la mención a la movilidad laboral entre institutos y universidades. Tampoco se hace referencia a un aspecto muy interesante recogido en el anterior programa, como era que la formación pedagógica de los profesores debía correr a cargo, primordialmente, de las mismas universidades.
NOVEDADES
En el tono políticamente correcto de este nuevo programa, el punto 170 propone un «Impulso de la Dimensión Europea de la Educación«, así, todo muy mayúsculo y perifrástico: «formación en valores, actitudes y competencias ligadas a la ciudadanía europea».
El 174 menciona la Primaria, cosa que no hacía el anterior texto, y que debe «revisarse con profundidad y rigor.» Eso es todo.
El 176 reclama que se reduzcan asignaturas, lo cual que estaría muy bien si se explicitara las que sobran. Luego dice algo curioso: «planificación del aprendizaje basada en el trabajo global del alumno y no solo en las horas lectivas.» Aquí ha debido meter mano algún psicopeda.
El 178 ya dice que las pruebas externas defendidas en el anterior programa «deben basarse en contenidos y competencias mínimos». Da la sensación de que serán pruebas diagnósticas como las que se llevan ahora. Me temo que con UPyD las inútiles competencias básicas también gozan de predicamento.
El 181 habla de «profesionalización de los centros», basada en el cumplimiento de objetivos y la transparencia de resultados. La duda es saber quién va a medir la consecución de tales objetivos. Devuelve asimismo competencias al Claustro y promete reducir sus obligaciones burocráticas con la contratación de personal administrativo.
El 184 habla de dotar a los centros de los apoyos profesionales necesarios para los alumnos con «necesidades educativas especiales».
El 185 entona el estribillo de la «coeducación» y, ojo, el «currículum que favorezca la igualdad de la mujer y el uso de un lenguaje contrario a la discriminación.» Aquí ha metido mano el ingeniero social.
El 187 habla de atender las «necesidades singulares de los inmigrantes», lo que, dicho así, es como no decir nada.
CONCLUSIÓN
Algo ha cambiado en estos tres años. En 2008 parecía que el paradigma logisano se había superado en beneficio de una Escuela exigente, con institutos orientados a la Universidad y una FP modernizada. En 2011 se introducen resabios de la pedagogía anterior, como la comprensividad, las competencias, la promoción automática y los programas de diversificación. En 2008 se abogaba por una formación y una movilidad ligada a las universidades. En 2011 se dice que los procesos de selección deben ser más exigentes, aun cuando la palabra Universidad desparece del horizonte laboral de las enseñanzas medias. En 2008 el tono y el espíritu del texto era el de una izquierda liberal e ilustrada que ponía en primer lugar la igualdad ante la ley. En 2011 se introducen innecesarias discriminaciones positivas: de género y multiculturales.
En suma, el discurso parece pensado para satisfacer a las dos partes del litigio escolar: la de quienes abogan por un cambio profundo y la de quienes ambicionan mantener las estructuras básicas del (ruinoso) edificio. Mal asunto.
Y mucho peor, me temo, si algún día UPyD tiene posibilidades reales de gobernar.
Donde dije digo…..
Aquí, los dos programas:
Pues estamos apañaos. O sea, que en tres años y sin haber tocado poder, ya se nos han descafeinado los upeydeos…
«…lo cual que estaría muy bien si se explicitara las que sobran.» En el foro de [Piensa] hay un debate abierto sobre eso.
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Yo quiero interpretarlo como un reajuste «sereno-electoral» desde un presuroso programa inicial.
De cualquier forma, la política cada vez parece más cosa de enfermedad. No recuerdo quién dijo aquello de que la política ¿o la democracia? era «un tropel de ciegos conducidos por locos», o algo así. Lo mismo fue Unamuno que Ortega Gasset que el Litri.
Como responsable de Educación del UPyD agradezco el interés del autor en el programa educativo de UPyD. El artículo tiene una parte descriptiva y otra valorativa.
Empezando por la primera. En efecto el programa es más breve y menos prolijo en algunos aspectos que el de 2008. Ello se debe al deseo de los coordinadores del programa electoral de hacer un programa lo más sintético posible y al deseo de centrarse en las propuestas, sin incluir análisis de la situación ni de sus causas, ni explicaciones de sus fundamento teórico. El capítulo de educación, lógicamente, se ha adaptado a esas normas de estilo.
Por otra parte, entre la redacción del programa de 2008 y el de 2011 tuvo lugar un acontecimiento importante, que fue la celebración del I Congreso del partido, en el que se aprobó una resolución política de cuatro capítulos, uno de los cuales era «Educación y ciudadanía». Obviamente, el programa electoral tiene que atenerse a lo aprobado en el Congreso. De hecho, como la resolución era extensa, el programa es una versión más sintética de (por lo dicho más arriba) las propuestas contenidas en ella.
En cuanto al análisis, me centraré en las conclusiones. Pienso que las conclusiones no se siguen de los datos. En particular, pienso que la tesis de que ha habido un giro hacia posiciones «logsistas» no se sostiene en absoluto. Menos aún el cambio radical que sugiere el título de la entrada.
1. No se reintroduce la comprensividad. Por el contrario, se habla de dos itinerarios en secundaria, una FP y un Bachillerato, y se propone que el itinerario profesional pueda comenzarse a los 14 años. Por lo tanto, aunque obligatoria hasta los 16, solo sería comprensiva hasta los 13.
2. No creo que el mero hecho de hablar de competencias (p.e. de comprensión lectora) sea caer en ningún pedagogismo vacuo. De hecho, PISA lo hace y es un buen instrumento de evaluación de los sistemas educativos. Y en el programa no solo se habla de competencias, sino también de contenidos.
3. La promoción automática no aparece en el programa por ninguna parte. Es una clara sobreinterpretación del texto del programa
4. Sí se dice que es preferible la diversificación como alternativa a la comprensividad que solo deja como alternativas la promoción sin la formación necesaria o la repetición de curso. Algo que encaja perfectamente con la existencia de dos itinerarios básicos mencionada en el punto 1.
5. No sé a qué se refiere con la desaparición de la Universidad del horizonte laboral de las enseñanzas medias. En el 2008 tampoco se proponía ningún tipo de «pasarela» entre los profesores de EEMM y la Universidad. Se decía, y se mantiene en 2011, la reforma del sistema de selección del profesorado universitario para reducir la endogamia, algo que sí aumentaría la posibilidad de los profesores de EEMM de acceder a la Universidad en condiciones de mayor igualdad de oportunidades.
6. No veo por ninguna parte discriminaciones positivas, ni de sexo ni multiculturales. Que hay usos lingüísticos discriminatorios es una obviedad y que no son deseables en el contexto educativo también. Que en nombre de eso se hayan dicho todo tipo de extravagancias no es razón para tirar el niño con el agua sucia, salvo que uno se haya dejado contagiar por el miedo a las palabras de los ideólogos de la LOGSE. Tampoco me parece que atender las necesidades singulares de los inmigrantes, por ejemplo creando grupos para los que tengan un nivel de formación que no corresponda a su edad (en lugar de aplicarles la comprensividad a ultranza) o clases de español para los que no dominen el idioma implique que se haya abrazado filosofía multiculturalista alguna. Que no se especifiquen esas necesidades se debe a la voluntad de no introducir un catálogo de esas posibles necesidades.
Hay otras cuestiones que no se mencionan en las conclusiones pero merecen comentario:
7. La coeducación. En efecto, somos partidarios de que todos los centros sostenidos con fondos públicos sean mixtos. Al igual que estamos en contra de que se financien centros que segreguen según la raza o cualquier otra condición. No veo que eso signifique giro logsiano alguno. Más bien creo que encaja en la mentalidad propia de una «izquierda liberal e ilustrada» que se menciona en la entrada que comento.
8. En efecto, no se menciona quién va a evaluar la consecución de los objetivos de los centros. En un programa no se puede poner todo, aunque parece razonable pensar que es algo que compete a la inspección educativa.
9. En cuanto a que la idea, que se califica de «curiosa», de una “planificación del aprendizaje basada en el trabajo global del alumno y no solo en las horas lectivas», no es, contra lo que se conjetura en el comentario, producto de que ningún «psicopeda» haya metido ninguna mano. Se trata de aplicar en el diseño del Curriculum educativo en Primaria y Secundaria los criterios del Espacio Europeo de Educación Superior. La idea, muy sintetizada, es, a mi juicio, más que curiosa, una obviedad, y es que debe tenerse en cuenta no solo las horas que el alumno debe permanecer en el aula en cada materia, sino el tiempo que debe dedicar a su estudio fuera de clase.
10. En efecto, no se especifica qué asignaturas habría que quitar, solo que habría que reducir su número, especialmente (añado yo ahora) en los primeros cursos de la ESO. Un programa electoral no debe llegar al nivel de detalle propio de un Decreto Ley. Por otra parte, no se trata en principio de «eliminar» nada que «sobre», sino de agrupar los contenidos en menos asignaturas.
En resumen, considero que la interpretación que se hace de las diferencias entre el programa de 2008 y 2011 como un abandono por parte de UPyD de su propuesta de reforma a fondo del sistema no están justificadas.
Gracias de nuevo por su interés en nuestras propuestas y un cordial saludo.
Manuel Hernández Iglesias
Responsable de Educación del Consejo de Dirección de UPyD
Muchas gracias, Don Manuel, por su prolija (y rápida) respuesta. Es de alabar que un partido político mantenga el contacto con la sociedad civil y sepa responder a las objeciones que se le plantean. Ahora es un poco tarde para extenderme, pero sólo quería decirle que nada me gustaría más que haberme equivocado. Sobre todo porque el programa de 2008 me parecía extraordinario en comparación con la tibieza o el crudo disparate de otros partidos.
Cuando descanse un poco trataré de argumentar algunas de mis afirmaciones.
Reciba un cordial saludo.
P.S: Si no tiene inconveniente, y dada la importancia del tema que nos ocupa, me gustaría publicar su comentario en una entrada nueva.
Muy interesantes tanto el artículo de Nacho, como la réplica del responsable de UpYD. Y muy de agradecer que se preste a argumentar como lo ha hecho.
Pero, ¡qué manía con decir que PISA es un informe relevante! Más bien es uno de los pocos que se aplica en la OCDE, pero no creo que ayude en mejorar los sistemas educativos, sino que los países se dedican a preparar sus pruebas para salir mejor parados.
A mí también me gustaba más el programa de 2008. Comprendo que quizás era un documento demasiado extenso teniendo en cuenta que su destinatario es el ciudadano- elector medio, y que debía adaptarse a las conclusiones del congreso del que nos habla D. Manuel Hernández. De todas formas me sigue gustando más que los programas que he visto de otros partidos (los dos grandes y alguno otro mediano; evidentemente, no me he leido todos).
En todo caso, mis felicitaciones por las aportaciones tan interesantes que encuentro en este blog.
Creo recordar que el programa de Educación de UPyD del 2008 lo redactó un profesor compañero mío de instituto que se llama Adrián Begoña. Un programa informado, fresco e inteligente.