El problema (II)

En un post anterior hablábamos de los criterios diversificadores que se aplican en las reuniones de evaluación. Para ser más exactos, de la ausencia de criterios. De tal modo que los vagos son premiados con un añito de bajas ratios, menor nivel de exigencia y trato preferente.

Nada comparable, sin embargo, con el gran timo del PCPI. Para el que no esté puesto en el asunto, le recomiendo el estupendo  artículo de Begoña Canivell al respecto y, como contraste, esta página de un IES donde se explica a los estudiantes el Plan con más candidez que realismo.

Pues bien: en mi Instituto, diceiséis eran los alumnos que cursaban este engendro del PCPI en su segundo año. Un segundo año que es voluntario y cuya superación otorga el título de ESO. Lo más granado del Instituto. Muchachos a los que he dado clase en Primer Ciclo: cuatro años de holganza, malas contestaciones, desplantes y exámenes en blanco. Muchos de ellos han sido amonestados incluso en este último curso. La mayoría tiene 17 ó 18 años. Se han hecho los amos del Instituto e intimidan y amenazan a sus compañeros y profesores.

Ahora, se nos comunica en el último Claustro que han titulado 10 de 16, un porcentaje altísimo para lo que es común en nuestro Instituto. La Jefa de Estudios, mientras lo dice, no da crédito. «Lo encuentro sorprendente», opina. Y tiene razón: no es sólo sorprendente, sino que es aberrante, como en seguida me apresuré a manifestar.

Es aberrante que niños que han estado ¡¡¡cinco años!!! riéndose hasta de su sombra reciban el mismo título que sus compañeros de 4º de ESO.

Es aberrante que algunos de los que aprueban hayan sido expulsados a sus muy rozagantes diecisiete añitos. Y, con todo, reciban el mismo premio que sus compañeros de 4º de ESO.

Es aberrante pretender que un grupo de analfabetos funcionales haya conseguido aprender en un año lo que no aprendió en cinco. ¿Tan malos éramos sus profesores anteriores? ¿Tan buenos son los de ahora?

Es aberrante que la vulgaridad, la chulería, la mala educación y la ignorancia satisfecha valgan lo mismo que el esfuerzo, el saber estar, el trabajo y el conocimiento. Exactamente, un título de ESO.

Es aberrante que algunos muchachos no obtengan el título por sus dificultades con las Matemáticas o el Inglés y que estos perfectos batracios puedan pasarle el suyo por delante de las narices a los auténticos estudiantes.

Da asco. Dan ganas de vomitar. Dan ganas de salir a la calle y ponerse a gritar en las esquinas.

Los alumnos conocen el paño perfectamente. Y, nada más pisar el Insti, ya saben lo que quieren ser de mayores: alumnos del PCPI. Hasta que ese día llega, cuatro años depués, se dedican a no hacer nada (en el mejor de los casos) o, en el peor, a  ejercitar la violencia. Escupir a un maestro, rajarle el coche, amenazarle con una tunda callejera, torturar a sus compañeros, destrozar las instalaciones, etc.: poco importa lo que hagan, porque al final del camino les aguarda un premio. No vaya a ser que se frustren, los pobrecicos. Y estos mangantes son los que ahora titulan, como si alguna vez hubieran abierto un libro o dado los buenos días al entrar en clase.

No hay análisis sereno que pueda hacerse de este fraude.

Que todo el mundo sepa que el título de graduado en ESO se consigue no sabiendo NADA en absoluto (ni leer) y desarrollando los peores defectos que pueden adornar a un individuo: la pereza, la irresponsabilidad, la grosería y el desagradecimiento, entre otros muchos.

Si los profesores no decimos esto bien claro y a todas horas es que no merecemos ser profesores. Es que no somos profesores, sino una pandilla de tartufos, mediocres y sinvergüenzas.

Calle del Circo, 41001 Sevilla, España

21 respuestas a «El problema (II)»

  1. Da asco. Dan ganas de vomitar. Dan ganas de salir a la calle y ponerse a gritar en las esquinas.

    Esa misma sensación es la que tengo en las reuniones de evaluación, claustros y consejos escolares de mi centro. Asco. Los profesores, como colectivo, damos asco.

    Es asqueroso el deseo de ser sumisos que veo en la mayoría de mis colegas. Se pirran por agradar al que manda (aunque mande poco y desastrosamente).

    Miserables. Estamos rodeados de miserables que son profesores. O profesores que son miserables, no sé qué opción es peor.

    Gracias por expresarlo así de claro, Nacho.

  2. «Da asco. Dan ganas de vomitar. Dan ganas de salir a la calle y ponerse a gritar en las esquinas.»

    Dan ganas de organizarse y declarar la guerra. Hagámoslo. Acumulemos fuerzas y armas para septiembre. Actuemos.

  3. Ya era vergonzoso el tema de la diversificación curricular (el como se titulaba por la puerta falsa), y ahora una vuelta de tuerca más, el PCPI y la titulación.

    Y mientras la mayoría del profesorado como si con él no fuera. Si que da asco.

    1. Señor Alejandro:

      Usted ha leído otro artículo, me temo.

      1. Le pido me señale en qué línea se hace referencia a alumnos con Síndrome de Down.

      2. En efecto, en ninguna. Por lo que es imposible que les haya dirigido «improperios», como usted asegura. Por otra parte, el criterio fundamental para cursar un PCPI consiste, sencillamente, en tener 16 años, no haberse graduado en ESO y cumplir unos trámites burocráticos.

      3. Los alumnos a los que me refiero en el artículo son – utilizando la jerga logsiana – disruptivos (es decir, gamberros) y objetores (vulgo, vagos). A ninguno de ellos se le ha diagnosticado ningún tipo de discapacidad intelectual. Su principal problema es que durante cuatro años no han abierto un libro y han protagonizado capítulos de indisciplina de muy diversa índole; hasta llegar, en algunos casos, al acoso y la amenaza a profesores (la última, hace sólo una semana). En estos cuatro años, pues, han perdido el tiempo y se lo han hecho perder a los demás.

      4. Ahora estos alumnos titulan por la vía PCPI y se les otorga el título de la ESO con el mismo valor académico que el de quienes cursan la vía ordinaria. Esto supone una clara, flagrante devaluación del propio título y del conocimiento que, supuestamente, se imparte en una Escuela Secundaria.

      5. Por si fuera poco, dichos alumnos obtienen calificaciones más altas que los «auténticos estudiantes», lo cual les concede prioridad en un futuro acceso a Ciclos Formativos. Es decir, el niño que se ha peleado con las Matemáticas, la Lengua y el Francés en 4º de ESO ve cómo le pasan por delante los mismos compañeros que suspendían todas y le hacían la clase imposible.

      6. El nivel académico de un 2º de PCPI no pasa de una alfabetización básica. Si ya los niveles son bajos en la ESO, qué decir de los de este plan. El término «analfabeto funcional» no es un insulto sino una exacta descripción de la realidad.

      7. Yo no quiero «desplazar a nadie» del mundo, estimado Alejandro. Pero un sistema como el que describo desplaza a quienes se esfuerzan y premia a los que renuncian. Le diré que, entre quienes cursan 4º, hay gente con menos capacidades intelectuales que la mayoría de estos alumnos de PCPI. Ellos sí que deben «sentirse ofendidos».

      8. Entre los alumnos de Primer Ciclo ya se extiende el rumor de que es posible obtener el título sin dar un palo al agua. No tienen prisa. Saben que el sistema no valora el sacrificio ni los conocimientos adquiridos (ni siquiera las mínimas normas de convivencia) sino el tiempo de estabulación (perdón, escolarización) pasado entre las cuatro paredes de un centro.

      9. Para este tipo de alumnos no está hecha la Escuela Secundaria. Eso no significa que se les eche a los leones, sino que necesitan profesionales, métodos y escuelas muy distintas de quienes quieren aprender Ciencias y Humanidades.

      10. Ignoro por qué miente usted como un bellaco al hacer la glosa de mi artículo. Me pregunto qué busca haciéndome pasar por una especie de Dr. Mengele docente. No lo soy. Tengo alumnos Síndrome de Down y son razonablemente felices conmigo. Quizá es que está usted muy satisfecho con el sistema educativo vigente. O quizá es que no anda muy fino en comprensión lectora.

      Que es, como sabe, una de las manifestaciones más evidentes de analfabetismo funcional.

      Siga con salud.

      Nacho Camino

  4. Querido Nacho,

    Hoy me encontré en la playa de Estepona a un antiguo alumno de quinto de peimaria …cumple 17 tacos y lo han admitido en los PCPI….. Le saludo y le aconsejo que deje de dar la barrila y aproveche el tiempo… Con desparpajo sin par me espeta ¨Yo, a lo que he hecho siempre (entiendo que durante la ESO), A MOLESTAR A LOS MAESTROS…¨
    Yo le ofrecí mi PCPI … Limpiar rastrojos, huertas y caminos rurales todo el verano ¨from nine to five¨
    Se fue sorprendido de mi mala leche… Creo que si en el insti le hubieran dicho lo mismo desde 1 de ESO
    otro gallo nos cantaría…

    Me encanta todo lo que dices y como lo dices…

    Un abrazo malagueño.

  5. Verdaeramente es un auténtico desastre. Sería buena idea mandar el artículo a los periódicos como nota de prensa. Mucha gente no sabe que todo esto funciona así.

    Saludos

    1. No, Sara. Lo que debemos hacer es demandar un itinerario más racional de estos programas. Racionalidad que empezaría por la incorporación más temprana y la observancia de unos mínimos de conducta y alfabetización.

      Un saludo.

  6. Me parece penoso oír hablar así a profesores de alumnos, está claro, para muchos de vosotros que habéis escrito en este blog que lo ideal es tener alumnos inteligentes, educados, sin problemas familiares, sin problemas de conducta y que quieran estudiar una licenciatura. Estos son los que se merecen todo vuestro apoyo y dedicación. ¿Verdad?
    Con los «engendros» el único trabajo que habéis hecho es hacerles saber lo que son según vosotros, muchos de estos alumnos se consideran escoria, basura, una mierda que no sirven para nada… ahora entiendo que cinco años recibiendo ese mensaje negativo consiga metérselo en la cabeza.
    «Si un niño no puede aprender de la manera que enseñamos, quizá debemos enseñarles de la manera que ellos aprenden»

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