Iniciamos una serie de entradas en las que trataremos de desmenuzar los programas electorales de los partidos con más opción de voto, empezando por el que, con bastante probabilidad, saldrá vencedor en el escrutinio.
Ya podemos afirmar, pese a toda la prosopopeya de sus grandes palabras, que el PP no va a cambiar nada sustancial en materia educativa. No, al menos, si tomamos como referencia su programa electoral. Por ceñirnos a la enseñanza obligatoria, las medidas de los populares oscilan entre la retórica (en ocasiones, indistinguible de la de sus adversarios políticos) y la tibieza gatopardiana: que todo cambie para que todo siga igual. El modelo actual no sufrirá, en principio, más cambios significativos que el de un Bachillerato ampliado en un año. Año que, para colmo, se califica como “de iniciación”. O sea: 4º de la ESO.
Aparte de ESO, todo el edificio se mantiene casi intacto, con la cosmética populista y bienintencionada que también es cara a los socialistas: formación del profesorado, incentivos, autonomía organizativa, bilingüismo y TIC. Conceptos que, sin ser negativos per se, constituyen un brindis al sol mientras no se modifiquen las estructuras académicas y los discursos pedagógicamente correctos.
En el programa pepero también hay atención a la diversidad, competencias (acaso básicas) y directores plenipotenciarios. Pero lo más grave es lo que falta. En ningún momento se anuncian medidas para remediar el fracaso, no constatable en las estadísticas, de la enseñanza primaria. Los asesores áulicos no parecen haber advertido el gran agujero que los informes PIRLS detectan con crudelísima precisión. Se habla de una mayor “flexibilidad” en secundaria, pero de una forma vaga y etérea que no presagia nada bueno. Las menciones a la “diversidad” y a las “competencias” nos hacen pensar que el modelo comprensivo, completamente fracasado, seguirá campando por sus respetos en la muy baqueteada institución escolar.
De modo que los institutos seguirán siendo cualquier cosa menos lo que nunca debieron dejar de ser: centros de estudio como preparación para la etapa universitaria. En ESO se queda la “excelencia” pregonada por los populares.
Hay, sí, mucho rollito bilingüe y neotecnológico, pero ESO también lo tenemos ahora y no ha cambiado un ápice la miseria intelectual que prevalece en los institutos. Reconocimientos inflamados de la autoridad profesoral, pero también la cantinela de que tales entes de prestigio deben “actualizarse” para hacer frente a las “nuevas realidades”.
Miedo me da.
Introducción
Ideas-fuerza: Excelencia, mérito, exigencia, competencia, calidad, esfuerzo, autoridad. Palabras que la LOGSE/LOE ha desterrado o, simplemente, contribuido a su conversión en flatus vocis, significantes vacíos.
Buenas intenciones: libertad de elección, oferta educativa plural, desideologización de la escuela pública, libertad lingüística, potenciación de la FP, transparencia y rendición de cuentas.
Frases que aconsejan prudencia:
El elemento central para garantizar un sistema educativo de calidad es el profesorado, cuyo prestigio y autoridad se han visto socavados en el modelo actual. Además, la adecuación a las nuevas realidades obliga a mejorar su selección y proceso formativo con un modo de acceso a la carrera docente que subraye su carácter de cuerpo nacional.
No porque no sea cierto, sino porque incide en una idea muy cara a sus antagonistas – que los profesores no están a la altura de lo que se espera de ellos – al tiempo que incurre en una contradicción. Si es el modelo vigente lo que ha socavado su prestigio, habrá que empezar por cambiarlo y comprobar si, con semejante muda, el personal contratado se aviene mejor con las «nuevas realidades».
Falta un modelo educativo que mejore la adquisición de conocimientos y competencias de los alumnos
Me da en la nariz que los populares van a prolongar el camelo de las famosas Competencias Básicas, pura jerga vacía de todo contenido y de inconfundible aroma logsiano.
Sistema educativo
Además, la autoridad del profesorado no es respetada y su modelo de selección y formación debe ser actualizado.
Esta parece ser una de las mayores prioridades, objetivo en el que coinciden con el PSOE. Pese a ser uno de los cuerpos de funcionarios que más horas dedica a la formación, los profes deben actualizarse más que un Anti-Virus. Mucho nos tememos que la cohorte pedagógica que vegeta en los CEPS a expensas del contribuyente va a seguir dispensando recetas didácticas a quienes pisamos el aula cada día. Veremos.
Incrementaremos las competencias de los equipos directivos favoreciendo la profesionalización de la dirección y gestión de los centros, de manera que puedan abordar con mayores capacidades los retos que supone una mayor autonomía organizativa. Apoyaremos especialmente a los centros que escolarizan alumnado en situación de desventaja social, promoviendo iniciativas específicas dirigidas a reforzar el nivel académico y cultural de estos alumnos. Impulsaremos la mejora de la atención educativa a la diversidad para alumnos con necesidades de apoyo educativo.
Más tufillo comprensivo y loesiano. Ese incremento de competencias directivas y de autonomía gestora nos ha traído el ROC en Andalucía: un disparate no tan caprichoso como para ocultar su objetivo de dinamitar de una vez por todas las enseñanzas medias. La famosa autonomía, como se explica en otras entradas, no ha sido más que una excusa para aumentar el trajín burocrático y favorecer un control más férreo de las voces disidentes. Cuidado.
Medidas
La educación obligatoria se mantiene hasta los 16 años. Eso sí, con una organización «más flexible» de la secundaria. Por desgracia, tal flexibilidad no alcanza para implantar un Bachillerato más serio que la broma en curso. Tres años, uno de ellos de «iniciación». Otra oportunidad perdida para devolver a los institutos la función que nunca se les debió arrebatar: la de ser una preparación rigurosa de los estudios universitarios. Y, por cierto, ¿qué demonios significa «iniciación»?
Pretensiones de bilingüismo masivo, cómo no, en un país donde, como se sabe, todo el mundo habla inglés por los codos.
Selección del profesorado en razón de los expedientes académicos, el mérito y la capacidad. Dicho así, no suena mal. Asimismo, reconocimiento del docente como autoridad pública e introducción de incentivos. Si se van a meter en este fregado, que conserven en su memoria el Programa de Calidad andaluz, más conocido como Orden del Soborno. Sin evaluaciones externas, tales incentivos se convierten en soldadas a cambio de aprobados, y la mejora en puro humo.
Establecimiento de una carrera docente. Bien.
Pruebas externas públicas, aunque no vinculantes. Divulgación de los resultados por centro. Más incentivos.
Creación de centros especializados en un ámbito: lingüístico, artístico, científico, etc.
Sustitución de Educación para la Ciudadanía por otra asignatura que enseñe los valores constitucionales.
Programa completo:
Parece que ser que uno de los principales responsables de este programa es Eugenio Nasarre, un personaje nefasto, muy vinculado a la FERE, y que siempre ha sido -ya desde el Aznarato- el paladín del logsianismo en las filas peperas.
Pues estamos listos…
-No habla de rebajar las ratios ni en Primaria,ni en Secundaria.En este punto coincide con el Psoe.No hay pasta para ello.
-No habla de reformar la Primaria.Seguiría el modelo socialista con la promoción automática con lo que se seguirán recibiendo alumnos en los IES sin base mínima.
-Habla de profesionalizar la dirección.Seguiría en la línea del Psoe que encubiertamente lo ha hecho.
-Propone la opción por la FP a los 15 años.La adelanta en un año respecto al Psoe lo cual me parece positivo pero insuficiente.
-No habla de adelantar los PCPIs a los 14 años.Coincide con el Psoe en dajarlos como ahora.Es negativo.
-Nos consideraría autoridad pública.Avanzamos respecto al Psoe.
-Propone un bachillerato de 3 años.Es de suponer que mejorará el nivel al acceder a la Universidad.
Creo que el PP acaba de perder mi voto. Aunque la crisis dure un año más.
La única esperanza es aquello que decía el viejo impostor Tierno Galván: «Los programas electorales están para no cumplirlos».
Otra solución sería implementar el pograma y vertebrar su contenido.
Jejejeje…
Y en eso todos los partidos se ponen de acuerdo, como se suben el sueldo:Ni un voto en contra, ninguna abstención. El sistema educativo seguirá beneficiando la los que siguen «la ley del mínimo esfuerzo».Los alumnos y alumnas que quieren estudiar seguiirán sinpoder avanzar correctamente,.
Por no hablar de su apoyo a la concertada,que supera con creces al Psoe.Los del PP le llaman «libertad de elección de las familias».
En la práctica es que el que puede, se salva del desastre de la pública y el que no a aguantarla.Parte de su electorado se salvará.
En un par de foros se ha abierto un hilo de debate sobre los programas electorales ante el 20 N.
Os pego el enlace por si os interesa
http://www.maestros25.com/forum/index.php?topic=125977.0
Y en el foro de Piensa-Volens.