AÑO NUEVO
Ahora ya sabemos qué es el dolor:
sólo otra manera más
de ganar la orilla.
Yo que nunca tuve
demasiado valor,
hoy voy a curar
todas tus heridas.
Tiéndeme tu mano:
quiero darle calor
para que toda esa pena
muera entre tus dedos.
Como dijo alguien, un poco de luz
en la noche oscura
es casi como un sueño.
Alguna vez
ha de ocurrir
que nos alcance el tiempo,
pero en este momento
y en este lugar
es día de Año Nuevo.
Cuando brille el día
y termine la fiesta
quedarán la copa
y el amor a medias.
Cuando todos duerman
brindaremos tú y yo
por los años rotos
que aún nadie recuerda.
Alguna vez
ha de ocurrir
que nos alcance el tiempo,
pero en este momento
y en este lugar
es día de Año Nuevo.
Alguna vez
ha de ocurrir
que nos alcance el tiempo,
pero en este momento
y en esta canción
es día de Año Nuevo.
EL NUEVO MUNDO (NANA DEL NIÑO GUILLERMO)
Duerme esta noche,
que yo te acompaño en tu sueño.
Para que sea tranquilo
y no tengas miedo.
Llévame, allá donde vayas,
siempre contigo.
Dame la mano,
que va a ser muy largo el camino.
Yo te traigo la lluvia.
Tu madre, el sol.
Yo te traigo la lluvia.
Tu madre, el sol.
Dice la radio
que pronto vendrá un mundo nuevo.
Que todo puede cambiar
y ser de otra manera.
Pero no dice que a mí
no me importa la espera.
Tú eres mi nuevo mundo,
el orvallo y la higuera.
Yo te traigo la lluvia.
Tu madre, el sol.
Yo te traigo la lluvia.
Tu madre, el sol.
La luz del Sur
derramada a la orilla del río.
Y las naranjas que imitan
la flor de tu ombligo.
Duerme esta noche,
que el agua ya corre en el yermo.
Mientras repito en voz baja tu nombre:
Guillermo.
Yo te traigo la lluvia.
Tu madre, el sol.
Yo te traigo la lluvia.
Tu madre, el sol.
CHIVO
Si quieres sobrevivir,
no te vayas de la lengua.
Mil ojos te van a acechar
el día que se sepa.
Recuerda lo que le pasó a aquel
vecino de la Feria.
Tenía tanto que contar
que casi no lo cuenta.
Si estás en campo abierto,
en campo abierto,
los depredadores
olerán tu miedo.
Si estás en campo abierto,
en campo abierto,
los depredadores
olerán tu miedo.
Despiadado es el patrón
que quiere verte muerto.
Quien implora su perdón
predica en el desierto.
Abandona la ciudad,
escóndete en la sierra.
Para el chivo no hay lugar
seguro en esta tierra.
Y rugen como fieras,
buscando al chivo.
Y rugen como fieras,
buscándote a ti.
Si estás en campo abierto,
en campo abierto,
los depredadores
olerán tu miedo.
Si estás en campo abierto,
en campo abierto,
los depredadores
olerán tu miedo.
Yo quisiera conocer, ay,
la vida en el campo.
No hay esquinas que torcer,
ni brillos afilados.
Entretanto, en la ciudad,
circulan los rumores.
La muerte ha puesto a funcionar
todos sus motores.
Y rugen como fieras,
buscando al chivo.
Y rugen como fieras,
buscándote a ti.
Si estás en campo abierto,
en campo abierto,
los depredadores
olerán tu miedo.
Si estás en campo abierto,
en campo abierto,
los depredadores
olerán tu miedo.
ZARPA
Quiero escapar de este pueblo perdido y brutal,
de su vulgar ceremonia y su hospitalaria zarpa de perro.
Quiero escapar. Aún tengo fuerza para caminar.
Tiene que haber otra vida en alguna otra parte,
lo he visto en un sueño.
O quizá en la televisión.
Voy a dar una vuelta, madre.
No me espere despierta.
Voy a soltar a los perros, madre.
Se van a dar una fiesta.
Voy a salir.
Voy a salir.
Voy a salir.
No se asuste si por la mañana
oyera usted que los perros ladran.
Yo no sé más. Sólo me dijo que iba a salir.
Es un muchacho incapaz de matar a una mosca,
pregunte en el pueblo.
Era feliz. Un chico sano, una vida normal.
Pero, ya sabe, a su edad,
¿quién no tiene pájaros en la cabeza?
Es de tanta televisión.
Voy a dar una vuelta, madre.
No me espere despierta.
Voy a soltar a los perros, madre.
Se van a dar una fiesta.
Voy a salir.
Voy a salir.
Voy a salir.
Aquí viene el que porta la rabia.
Seguro que esto no lo esperaban.
MIL VECES
Un álbum familiar.
Cartas de amor que nunca quise contestar.
El fin de semana aquel, cuando, huyendo de la peste,
fuimos a ver el mar.
Y en aquella gruta
(que era catedral
de sal, piedra y eco)
tú dijiste que…
Que tanta belleza
un día se pierda
aun hace que sea
mil veces más bella.
Mil veces. Más bella.
Vidas que no viví,
para vivir una vida entera junto a ti.
Quienes han de llegar
se cruzan en su camino
con quienes se han ido ya.
Y, tras la montaña,
al fin va a esconderse el sol.
Quisiera que ahora
tú
tomaras mi mano y dijeras…
Que tanta belleza
un día se pierda
aun hace que sea
mil veces más bella.
Mil veces. Mil veces.
Mil veces. Mil veces.
SOY EL NOVIO DE LA MUERTE
Háblame de aquellos momentos de duda y agonía.
Háblame de cuando por fin se jodió el Perú.
Prométeme que esos días
ya no volverán.
Pero si vuelven, yo te quiero igual.
Cuéntame un oscuro secreto. Di algo que no sepa.
Mírame a los ojos y dime que no eras tú
la que movía los hilos con impunidad.
Y, aunque lo fueras, yo te quiero igual.
Tú ya sabes qué opinarían mis padres de lo nuestro:
Esa chica no te conviene, y te hará sufrir.
Su cara pálida y triste es mala señal.
Que no te pegue una enfermedad.
Ven aquí y júrame que es para toda la vida,
y que nadie, excepto tú, nos separará.
Yo te perdono Hiroshima y hasta la Shoá,
si me perdonas la hora final.
Yo te perdono Hiroshima y hasta la Shoá,
si me perdonas la hora final.
VILLANCICO
Otra blanca Navidad
y no hay forma de que nieve.
Qué distinta la ciudad
cuando el tiempo se detiene
y nos ilumina la Estrella Polar.
Bajo el muérdago, beso.
Pero en los cuartos me adelanto.
Ya habrá tiempo de ayunar.
Hoy comamos y bebamos
semiseco y mazapán
que he traído bajo el brazo.
Y tenemos que cumplir el ritual.
Yo te quiero, tú me quieres.
Y estamos un poco contentos.
No ha venido Santa Claus:
estará azotando renos
en la Campana de Gauss
(y sobre campana una).
Cómete la última uva, que, si no,
no habrá próspero Año Nuevo
ni bajo el muérdago habrá beso.
Otra blanca Navidad.
No nos hables de la crisis
ni del Nuevo Orden Mundial,
y proponnos otro brindis
que esta noche nos alegre el corazón.
Hoy que Dios ha nacido
y no me creo cualquier cosa…
Creo en ti.